Niños: una “simple” dieta no siempre es simple
Victor Hugo Juarez
wanimanews2@gmail.com
La anorexia, ese rechazo compulsivo al consumo de alimentos que padecen aquellos obsesionados con su peso y su imagen corporal, no siempre es exclusiva de los adultos: diversos estudios han encontrado que los niños pueden también padecerla.
Según estudios médicos, esta enfermedad se manifiesta en una de cada 100 mujeres entre 16 y 18 años, y entre cinco y 10% de los varones. Sin embargo, se señala que, mundialmente, un 16% de los niños puede padecerla, y que aquellos que tienen trastornos asociados con el sobrepeso (32%) pueden eventualmente derivar hacia la anorexia.
Y la prevención es importante: a veces, una simple dieta puede ser la punta de iceberg de un trastorno más complicado.
Los niños que presentan anorexia usualmente muestran otros conflictos de salud, tales como trastornos de ansiedad o afectivos, y suelen ser socialmente introvertidos, irritables y depresivos, pero también hay factores culturales asociados al problema.
“Es un hecho que la influencia de la moda y las tendencias del consumismo han desempeñado un papel importante para que muchos menores dejen de comer, y quieran parecerse a las estrellas del cine o la farándula que muestran una delgadez extrema”, comentó Sharon Ryan, nutricionista de Abbott.
Ocurre a veces que este tipo de trastorno se presente en varios miembros de una familia, por lo general con antecedentes de problemas de peso, en hijos cuyos padres son muy exigentes, y en personas perfeccionistas y con baja autoestima.
Estar atentos, factor clave
Los padres deben ser especialmente cuidadosos y vigilar las conductas de sus hijos relacionadas a la alimentación. Es importante tomar en cuenta si el niño presenta síntomas como un extraño bajo peso corporal, un miedo intenso a volverse obeso incluso cuando está perdiendo peso, o negarse a mantener un peso corporal mínimo normal.
“Es importante hablar con el niño para ver si tiene una visión distorsionada del peso, tamaño o forma de su propio cuerpo; si se siente demasiado gordo, incluso cuando su peso sea el adecuado o por debajo de lo normal, es una señal de que algo puede estar funcionando mal”, comentó Ryan.
Otros elementos a vigilar son la excesiva actividad física para estimular la pérdida de peso, el negar que siente hambre (un proceso que es usual si se practica mucho deporte), e incluso si su piel se ve reseca o amarillenta, presenta deshidratación o dolor abdominal, mareos, fatiga o intolerancia al frío.
En caso de que los padres sospechen de que su hijo o hija presentan algunos de los síntomas deben buscar ayuda con un especialista en psicología y un tratamiento médico para restablecer las funciones orgánicas afectadas.
Si el niño presenta un trastorno alimenticio es fundamental que no pierda los nutrientes que su cuerpo necesita para su óptimo desarrollo. Mientras recibe la ayuda profesional apropiada, una opción para apoyarles son los complementos nutricionales, como PediaSure™, que contiene vitaminas y minerales esenciales para fortalecer un aumento de peso y talla en niños selectivos al comer.
La prevención de la anorexia depende de la conducta en familia. Es importante hacer de la hora de comer un momento de felicidad y de comunicación en la familia, para demostrar a los niños que alimentarse es una necesidad vital para mantenernos saludables.
RECUADRO
Reconocer la anorexia
Existen varios tipos de anorexia, pero los más frecuentes son la psicógena y la nerviosa.
La psicógena se origina por trastornos internos o factores ambientales como la imposición de una alimentación excesiva. La hora de comida se convierte en un castigo para los niños, quienes inventan múltiples pretextos para no ingerir los alimentos.
La anorexia nerviosa es originada por trastornos psicológicos en donde la persona normalmente comienza con la práctica inocente de realizar dietas, pero gradualmente evoluciona hasta llegar a una pérdida de peso extrema e insalubre.
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Mantegase saludable , y viva mas, agredecemos sus comentarios a guatemalanoticias@gmail y/o todonoticias@gmail.com , Gracias .
Según estudios médicos, esta enfermedad se manifiesta en una de cada 100 mujeres entre 16 y 18 años, y entre cinco y 10% de los varones. Sin embargo, se señala que, mundialmente, un 16% de los niños puede padecerla, y que aquellos que tienen trastornos asociados con el sobrepeso (32%) pueden eventualmente derivar hacia la anorexia.
Y la prevención es importante: a veces, una simple dieta puede ser la punta de iceberg de un trastorno más complicado.
Los niños que presentan anorexia usualmente muestran otros conflictos de salud, tales como trastornos de ansiedad o afectivos, y suelen ser socialmente introvertidos, irritables y depresivos, pero también hay factores culturales asociados al problema.
“Es un hecho que la influencia de la moda y las tendencias del consumismo han desempeñado un papel importante para que muchos menores dejen de comer, y quieran parecerse a las estrellas del cine o la farándula que muestran una delgadez extrema”, comentó Sharon Ryan, nutricionista de Abbott.
Ocurre a veces que este tipo de trastorno se presente en varios miembros de una familia, por lo general con antecedentes de problemas de peso, en hijos cuyos padres son muy exigentes, y en personas perfeccionistas y con baja autoestima.
Estar atentos, factor clave
Los padres deben ser especialmente cuidadosos y vigilar las conductas de sus hijos relacionadas a la alimentación. Es importante tomar en cuenta si el niño presenta síntomas como un extraño bajo peso corporal, un miedo intenso a volverse obeso incluso cuando está perdiendo peso, o negarse a mantener un peso corporal mínimo normal.
“Es importante hablar con el niño para ver si tiene una visión distorsionada del peso, tamaño o forma de su propio cuerpo; si se siente demasiado gordo, incluso cuando su peso sea el adecuado o por debajo de lo normal, es una señal de que algo puede estar funcionando mal”, comentó Ryan.
Otros elementos a vigilar son la excesiva actividad física para estimular la pérdida de peso, el negar que siente hambre (un proceso que es usual si se practica mucho deporte), e incluso si su piel se ve reseca o amarillenta, presenta deshidratación o dolor abdominal, mareos, fatiga o intolerancia al frío.
En caso de que los padres sospechen de que su hijo o hija presentan algunos de los síntomas deben buscar ayuda con un especialista en psicología y un tratamiento médico para restablecer las funciones orgánicas afectadas.
Si el niño presenta un trastorno alimenticio es fundamental que no pierda los nutrientes que su cuerpo necesita para su óptimo desarrollo. Mientras recibe la ayuda profesional apropiada, una opción para apoyarles son los complementos nutricionales, como PediaSure™, que contiene vitaminas y minerales esenciales para fortalecer un aumento de peso y talla en niños selectivos al comer.
La prevención de la anorexia depende de la conducta en familia. Es importante hacer de la hora de comer un momento de felicidad y de comunicación en la familia, para demostrar a los niños que alimentarse es una necesidad vital para mantenernos saludables.
RECUADRO
Reconocer la anorexia
Existen varios tipos de anorexia, pero los más frecuentes son la psicógena y la nerviosa.
La psicógena se origina por trastornos internos o factores ambientales como la imposición de una alimentación excesiva. La hora de comida se convierte en un castigo para los niños, quienes inventan múltiples pretextos para no ingerir los alimentos.
La anorexia nerviosa es originada por trastornos psicológicos en donde la persona normalmente comienza con la práctica inocente de realizar dietas, pero gradualmente evoluciona hasta llegar a una pérdida de peso extrema e insalubre.
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