Victor Hugo Juarez
wanimanews2@gmail.com
Combinación única de nutrientes permite apoyar diversas facetas del crecimiento infantil.
Los científicos coinciden en un hecho: la leche materna es el mejor alimento para el lactante… sin embargo, existen razones por las cuales es necesario recurrir a alternativas, y es en esos casos cuando es indispensable garantizarle al niño la mejor opción para un adecuado crecimiento.
Así lo aseguró el Dr. Ricardo Rueda, Director Asociado de Investigación y Desarrollo de la División Nutricional de Abbott, durante un encuentro con médicos pediatras realizado en Costa Rica.
El Dr. Rueda comentó que el interés de la ciencia por la nutrición infantil puede remontarse hacia fines del siglo XVIII y XIX, cuando existía la costumbre de contratar madres sustitutas para mujeres que no podían amamantar a sus hijos.
Posteriormente, se introdujo la tendencia de sustituir la leche materna por leche animal, lo cual cambió el concepto de alimentación pero también provocó problemas ya que ésta tiene una composición fundamentalmente distinta de la humana.
“No fue sino hasta el siglo XIX y principios del XX cuando se adquirió mayor conocimiento sobre nutrición y aumentó el interés por imitar lo más posible la composición de la leche materna, la cual es el ideal alimentario para el niño en sus primeras etapas de vida”, señaló el especialista.
Aunque imitar la leche materna es imposible, se ha perfeccionado no solo la composición de alimentos alternativos, sino la normativa internacional (sobre todo a fines del siglo XX) para estandarizar las necesidades nutricionales durante las primeras etapas de vida.
Los “nutrientes funcionales” influyen en tres aspectos clave del desarrollo infantil. El primero es el desarrollo cerebral y visual del niño, que se sabe repercute hasta en su vida adulta; además, una adecuada mineralización ósea en el niño, lo que significa un completo desarrollo de su esqueleto; y finalmente, es importante que el niño tenga una evolución adecuada del sistema inmunológico, herramienta clave para prevenir enfermedades y desarrollar la tolerabilidad.
Entre los cero y doce meses de vida, el niño atraviesa por un importante período en el que la nutrición es crítica para su crecimiento. Después de esta etapa, el organismo continúa desarrollándose hasta el segundo y tercer año de vida, por lo que resulta clave continuar aplicando las normas de una nutrición adecuada que aporte los nutrientes necesarios para un óptimo crecimiento infantil.
Tomando ésto en cuenta, Abbott desarrolló Gain Plus, específicamente para cubrir las necesidades del niño entre uno y tres años, y con nutrientes esenciales para las ocasiones en las que la alimentación con leche materna no es posible.
Gain Plus es una leche enriquecida con el Sistema Eye Q, combinación única de nutrientes que apoya el desarrollo del cerebro y la visión, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y contribuye a formar huesos y dientes fuertes en niños en esa etapa de su vida.
Necesidades cambiantes y nutrición ideal
“El niño evoluciona conforme crece, pero también lo hacen sus necesidades nutricionales, las cuales no son iguales para un pequeño de seis meses o para un niño de tres años”, comentó el Dr. Rueda a los asistentes.
Para ello han sido desarrollados distintos tipos de fórmulas: las de “inicio” (usadas entre los cero y seis meses de vida), las de “seguimiento” (de los seis meses a los dos o tres años) y en los últimos años también las de “crecimiento”, que se utilizan para niños mayores.
Su diferencia radica en una composición distinta que se ajusta a los cambios en los requerimientos nutricionales de los niños a lo largo de esos años.
Los especialistas insisten en que la nutrición ideal del niño es la leche materna, que ha sido y seguirá siendo el estándar. La alimentación mediante fórmulas es una alternativa cuando el niño por alguna razón no puede alimentarse con leche materna.
“Médicos y madres deben tener presente que esas fórmulas deben estar respaldadas científicamente, de modo que los niños que no puedan acceder a la leche materna tengan la mejor nutrición posible”, indicó Rueda.
LA LECHE MATERNA ES EL MEJOR ALIMENTO PARA EL LACTANTE
Combinación única de nutrientes permite apoyar diversas facetas del crecimiento infantil.
Los científicos coinciden en un hecho: la leche materna es el mejor alimento para el lactante… sin embargo, existen razones por las cuales es necesario recurrir a alternativas, y es en esos casos cuando es indispensable garantizarle al niño la mejor opción para un adecuado crecimiento.
Así lo aseguró el Dr. Ricardo Rueda, Director Asociado de Investigación y Desarrollo de la División Nutricional de Abbott, durante un encuentro con médicos pediatras realizado en Costa Rica.
El Dr. Rueda comentó que el interés de la ciencia por la nutrición infantil puede remontarse hacia fines del siglo XVIII y XIX, cuando existía la costumbre de contratar madres sustitutas para mujeres que no podían amamantar a sus hijos.
Posteriormente, se introdujo la tendencia de sustituir la leche materna por leche animal, lo cual cambió el concepto de alimentación pero también provocó problemas ya que ésta tiene una composición fundamentalmente distinta de la humana.
“No fue sino hasta el siglo XIX y principios del XX cuando se adquirió mayor conocimiento sobre nutrición y aumentó el interés por imitar lo más posible la composición de la leche materna, la cual es el ideal alimentario para el niño en sus primeras etapas de vida”, señaló el especialista.
Aunque imitar la leche materna es imposible, se ha perfeccionado no solo la composición de alimentos alternativos, sino la normativa internacional (sobre todo a fines del siglo XX) para estandarizar las necesidades nutricionales durante las primeras etapas de vida.
Los “nutrientes funcionales” influyen en tres aspectos clave del desarrollo infantil. El primero es el desarrollo cerebral y visual del niño, que se sabe repercute hasta en su vida adulta; además, una adecuada mineralización ósea en el niño, lo que significa un completo desarrollo de su esqueleto; y finalmente, es importante que el niño tenga una evolución adecuada del sistema inmunológico, herramienta clave para prevenir enfermedades y desarrollar la tolerabilidad.
Entre los cero y doce meses de vida, el niño atraviesa por un importante período en el que la nutrición es crítica para su crecimiento. Después de esta etapa, el organismo continúa desarrollándose hasta el segundo y tercer año de vida, por lo que resulta clave continuar aplicando las normas de una nutrición adecuada que aporte los nutrientes necesarios para un óptimo crecimiento infantil.
Tomando ésto en cuenta, Abbott desarrolló Gain Plus, específicamente para cubrir las necesidades del niño entre uno y tres años, y con nutrientes esenciales para las ocasiones en las que la alimentación con leche materna no es posible.
Gain Plus es una leche enriquecida con el Sistema Eye Q, combinación única de nutrientes que apoya el desarrollo del cerebro y la visión, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y contribuye a formar huesos y dientes fuertes en niños en esa etapa de su vida.
Necesidades cambiantes y nutrición ideal
“El niño evoluciona conforme crece, pero también lo hacen sus necesidades nutricionales, las cuales no son iguales para un pequeño de seis meses o para un niño de tres años”, comentó el Dr. Rueda a los asistentes.
Para ello han sido desarrollados distintos tipos de fórmulas: las de “inicio” (usadas entre los cero y seis meses de vida), las de “seguimiento” (de los seis meses a los dos o tres años) y en los últimos años también las de “crecimiento”, que se utilizan para niños mayores.
Su diferencia radica en una composición distinta que se ajusta a los cambios en los requerimientos nutricionales de los niños a lo largo de esos años.
Los especialistas insisten en que la nutrición ideal del niño es la leche materna, que ha sido y seguirá siendo el estándar. La alimentación mediante fórmulas es una alternativa cuando el niño por alguna razón no puede alimentarse con leche materna.
“Médicos y madres deben tener presente que esas fórmulas deben estar respaldadas científicamente, de modo que los niños que no puedan acceder a la leche materna tengan la mejor nutrición posible”, indicó Rueda.
LA LECHE MATERNA ES EL MEJOR ALIMENTO PARA EL LACTANTE
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